La Oración Valiente

La Oración Valiente

Bosquejo: 

Filipenses 4:6-7

Introducción:

Hechos 16:22-25 “Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas. 23 Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. 24 El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían”.

1. Un mandato claro (vs. 6a)

A. El mandato contra en del afán

Mateo 6:25-26 “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”

B. Las consecuencias del afán

• Falta de descanso

Salmos 37:7 “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades”.

• La presencia de la ansiedad

Salmos 56:3 “En el día que temo, Yo en ti confío”.

2. Una decisión valiente (vs. 6b)

A. Trae todo al Señor

1 Pedro 5:7 “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”.

B. Trae todo en oración

• Practica la oración

Lucas 18:1 “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,”

3 impedimentos para orar

• Orgullo - confianza en si mismo

• Incredulidad - falta de fe
• Estar ocupado

• Persevera en la oración

Efesios 6:18 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;”

1 Tesalonicenses 5:17 “Orad sin cesar”.

Cita: “La gran falta de los hijos de Dios es que no perseveran en la oración; no siguen orando; no perseveran. Si desean algo para la gloria de Dios, deben orar hasta obtenerlo”. - George Muller

• Alaba en la oración

1 Tesalonicenses 5:18 “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.

Cita: “Cuando bendecimos a Dios por sus misericordias, solemos prolongarlas. Cuando bendecimos a Dios por sus miserias, solemos acabar con ellas”. - CH Spurgeon

• Pedir en oración

Hebreos 4:15-16 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.

3. Una paz segura (vs. 7)

A. El regalo de la paz

• La fuente de la paz

Romanos 5:1 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;”

Romanos 3:24-25 “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,”

Romanos 5:10-11“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación”.

• La seguridad de la paz

2 Tesalonicenses 3:16 “Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros”.

Isaías 26:3 “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”.

Colosenses 3:15 “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos”.

B. La garantía de la paz

Salmos 18:2 “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio”.

Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida”.

Conclusión:

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