En 1986, la Iglesia Bautista de Lancaster consistía de unas pocas familias que se reunían semanalmente en un pequeño cuarto del segundo piso de un viejo edificio en el centro de la ciudad. La iglesia tenía una gran deuda y estaba a punto de cerrar sus puertas. El edificio estaba por ser reposeído por el banco y los cimientos estaban en mal estado; pero aún existía el espíritu de esperanza en algunas familias. Ellos querían que Dios obrara en su iglesia y en el Valle.
En Junio de ese verano, un joven llamado Paul Chappell pasó por la cuidad de Lancaster como predicador invitado para la Iglesia Bautista de Lancaster. Él estaba de vacaciones con su familia y con ansias de regresar a su hogar en el Norte de California. Pero Dios tenía otros planes.
Después de su mensaje esa noche calurosa de Junio, las doce personas reunidas votaron unánimemente para elegir a Paul Chappell como su Pastor. Aunque ellos no tenían ninguna intención de ir al desierto, la familia Chappell pronto comenzó a ver que el Señor les estaba conduciendo a la Iglesia Bautista de Lancaster. Dentro de algunos días, ellos se rindieron al llamado sin dudar que era la voluntad del Señor para su futuro. Ellos dejaron una posición cómoda en el ministerio, empacaron sus pertenencias e invirtieron sus cuentas de ahorro personales para venir a Lancaster aunque la iglesia no podía ofrecerles un salario.
Durante las primeras semanas en el Valle del Antílope, el Pastor Chappell comenzó a trabajar con diligencia para traer a la iglesia a una mejor estabilidad. Tocó cientos de puertas cada semana, reparó el edificio de la iglesia, y predicó la Palabra de Dios con convicción. En un tiempo corto fue claro que Dios estaba comenzando a bendecir la fe y el sacrificio de la familia Chappell.
En un año, la iglesia tenía un promedio de más de 150 en asistencia y crecía rápidamente. Para el tercer aniversario, había más de 500 personas asistiendo a la Iglesia Bautista de Lancaster cada semana, la mayoría de ellos fueron conducidos a Cristo personalmente por el Pastor Chappell o por los miembros de las familias de la iglesia.
En el año 1991, debido a la creciente comunidad hispana en el Valle del Antílope y sus alrededores, Dios puso en el corazón del Pastor Chappell el deseo y la visión de comenzar un ministerio hispano. Desde ese entonces existe un horario y programas dedicados e impartidos especialmente en Español.
En el año 1993, la familia de la iglesia había crecido a más de 1,500 en asistencia y hacía ya mucho que el edificio de la propiedad era muy pequeño para todos los miembros. Almas venían a Cristo y familias eran añadidas a la iglesia semanalmente, y Dios había proveído 50 acres en el Este de Lancaster donde la iglesia podría crecer y construir un espacioso complejo y un edificio nuevo para congregarse.
Desde ese entonces el ministerio hispano de la iglesia ha podido servir a familias de todos tipos y conforme al crecimiento al vallje Antílope la iglesia ha crecido. En el año 2018 el Pastor Chappell le pídio al Dr. Jerry Collins a venir y tomar cargo del ministerio hispano. Con más de 35 años de experiencia en el mundo hispano, el Dr. Jerry Collins a dirijido el ministerio hispano a tráves de tiempos duros y desafiantes.
Mientras que la Iglesia Bautista de Lancaster ha llegado a ser una de las iglesias bautistas más grandes del Oeste de California, el espíritu de las familias de la iglesia sigue siendo el mismo de hace dos décadas. La gente ama a Dios, se aman los unos al otros, y genuinamente quieren que el Señor continúe bendiciendo y multiplicando para la causa de Cristo por medio de su iglesia. Es difícil encontrar una esquina del Valle del Antílope que no haya sido impactada por la amistad y ministerios de la Iglesia Bautista de Lancaster.
Ahora, la Iglesia Bautista de Lancaster es un testimonio próspero de que Dios todavía está en el negocio de cambiar vidas. Las palabras no pudieran describir la bondad de Dios en este lugar y toda la gloria pertenece a Dios. Vidas cambiadas, familias rescatadas, y todas las victorias ganadas han sido para la gracia asombrosa de Dios. A Él sea la gloria por sus obras maravillosas en la Iglesia Bautista de Lancaster.