Todos tenían una vida antes de Cristo; algunos estaban orgullosos de su religión, otros estaban quebrantados por su pecado. Sólo una persona podría transformar sus vidas, Jesús.
Los padres no sólo tienen el deber de alimentar y cuidar de sus hijos, sino de críarlos con un corazón para Dios. Este es la responsabilidad de los padres.
Ser salvo significa tener el gran privilegio de ir al Cielo después de la muerte, pero hay más beneficios que este. ¿Qué viene incluido en nuestro paquete de beneficios?