Abrazando el Cambio

Abrazando el Cambio

Serie de Mensajes: 
Bosquejo: 

Pasando al Otro Lado — Abrazando el Cambio

Verso: Marcos 4:35-40

Lectura Bíblica — Marcos 4:35-37

35 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.

  1. Anticipar el Cambio

    Anticipar el cambio significa esperar que nada en esta vida es permanente, y aceptarlo.
    “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.”
    – Eclesiastés 3:1
    “…le tomaron como estaba…”

    1. No como nos gustaría que fuera
      “Respondiendo Simon Pedro, dijo: Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” —Mateo 16:16
    2. No como otros lo presentan
      “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.” —2 Pedro 2:1
    3. No como lo veas con otros
      Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre. Mejor es confiar en Jehová que confiar en príncipes.” —Salmo 118:8
       
  2. Adaptarse al Cambio

¿Cómo me puedo adaptar al cambio que Dios ha puesto delante de mi? ¿Cómo poder aprender a dejar ir lo que me incapacita y me aferra a la orilla?
22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” — Efesios 4:22-24

Lo que NO debemos hacer:

  1. Apoyarse en su propia capacidad
    “Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.” —Proverbios 3:5

  2. Dejar a Jesús dormido en nuestro caminar con El.

  3. Protestar por su aparente indiferencia 

    3. Adaptarse al Cambio

39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?”

“Nuestros miedos son muchas veces intensamente tontos, y cuando finalmente los superamos, y miramos atrás, nos llenamos de vergüenza al ver como pudimos tener tan poca fe.” — Charles Spurgeon

¿Qué debemos aprender de nuestro miedo cambio?

 

  1. La Falta de Fe viene por la Respuesta al Miedo.
    “No es temer al cambio lo que es malo, sino la falta de fe en que Dios hará algo grande a través del cambio.”
    10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. —Isaias 41:10
    “¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle,” —Salmo 42:5
    Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” —Josue 1:9
  2. La Falta de Fe viene de No Creer la Palabra de Dios.
    Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. —Isaías 26:3
    Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. —1 Juan 1:9
    19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. —Filipenses 4:19
    22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo. — Salmo 55:22
    Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.—1 Pedro 5:7
    Porque si sales con Cristo, llegaras con Cristo.
  3. La Falta de Fe viene cuando acusamos a Jesús de indiferencia
    Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” —Isaías 55:8-9

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